Alfonsina Storni > Biografía > Horacio Quiroga
	Horacio Quiroga 
	(uruguayo, 1878-1937)

	Nació  en Salto, Uruguay, donde cursó sus estudios hasta que viajó a 
	Montevideo para finalizarlos. Comenzó a escribir en 1887, y en 1899 inició la  
	publicación de la Revista de Salto, donde publicó algunos de sus relatos. A 
	comienzos del siglo  viajó a Europa, donde se reunió con los representantes del 
	movimiento modernista y visitó la Exposición Universal. Su carrera literaria y 
	su vida transcurren en Argentina.  En 1901 publicó el volumen de prosas 
	líricas, poemas y cuentos, Los arrecifes de coral , de rasgos netamente 
	posrománticos y modernistas. Trabajó durante un tiempo en el Colegio Nacional 
	Central, hasta que se instaló en el Chaco argentino, donde vivió apartado de la 
	vida social. Sus vivencias en la selva quedaron plasmadas en las obras Los 
	perseguidos  (1905) y El crimen del otro (1904). De regreso de la selva, 
	comenzó a colaborar con la revista Caras y Caretas, retomó su cargo de profesor 
	y adquirió unas hectáreas en Misiones (Argentina). En 1908 publicó su novela 
	Historia de un amor turbio, y al año siguiente se instaló con  su joven esposa 
	en una finca precaria en sus tierras misioneras, desempeñando el cargo de Juez 
	de paz y oficial del Registro Civil de San  Ignacio. 

	En 1911 nació su hija Eglé, bautizada de acuerdo al nombre de un personaje de 
	Dostoievski. Su esposa lo abandonó al poco tiempo, yéndose a Buenos Aires donde 
	se suicidó. Quiroga permaneció en la selva, donde continuó escribiendo textos 
	trágicos como Pasado amor (1927). La tragedia es una constante en su vida: su 
	padre muere al disparársele accidentalmente su escopeta, su padrastro se suicidó 
	y, siendo aún muy joven, Quiroga mató a su amigo Federico Ferrando al dispararle 
	sin intención. 

	De regreso a Buenos Aires, en 1917 publicó Cuentos de amor, de locura y de 
	muerte, que obtuvo un gran éxito de ventas y de la crítica. Más tarde su 
	prestigio literario se consolidó con Cuentos de la Selva (1919) y El salvaje 
	(1920). En 1921  publicó los relatos de Anaconda, a los que siguieron El 
	desierto (1924)y  Los desterrados (1926). En su obra se ve intensamente las 
	influencias  de Kipling, Conrad y, sobre todo,  Edgar Allan Poe, creando una 
	atmósfera de alucinación, crimen, locura y estados delirantes. Sin embargo, 
	parte de su obra se inclina por la literatura infantil. Sus colaboraciones 
	aparecieron en los principales diarios y revistas de Argentina, y sus obras 
	fueron traducidas a diferentes idiomas hasta que volvió a la selva junto a su 
	esposa y su hija.

	Las dificulades económicas y su enfermedad terminal lo llevaron a suicidarse.