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Nació el 22 de mayo de 1892, en Sala Capriasca, Suiza. Fue la 3ra hija del matrimonio de Alfonso Storni y Paulina Martignoni. En 1896, la familia Storni se instaló en la Argentina, en la provincia de San Juan, donde ya habían vivido años atrás. Pasaron cuatro años y la familia se trasladó a la ciudad de Rosario, donde intentaron sobrevivir mediante diversos negocios que no prosperaron y donde Alfonsina se vio obligada a abandonar sus estudios y trabajar en una fábrica de gorras o cosiendo para afuera para ayudar en su casa. Cuando tenía catorce años, murió su padre. En su adolescencia ingresó a una compañía de teatro y recorrió diversas provincias actuando en algunas obras. Había heredado la pasión de la madre por la actuación. Al regresar reanudó sus estudios y egresó en 1911 como maestra rural en la Escuela de Coronda y ejerció su profesión en Rosario. Al tiempo publicó algunos poemas en revistas literarias locales. Durante esa época conoció a un hombre del ambiente político y periodístico, con quien tuvo un romance. Al terminar el ciclo escolar, renunció a su puesto y se trasladó a Buenos Aires, sola y con un hijo próximo a nacer. Al poco tiempo del nacimiento de Alejandro comenzó a trabajar en algunos comercios, primero en una farmacia luego como cajera en una tienda y como "corresponsal psicológica" hasta que el Consejo Nacional de Educación le otorgó un nombramiento. Desde entonces se dividió entre la enseñanza y las cátedras de declamación en el Teatro Infantil Municipal Lavardén y en el Conservatorio Nacional, donde se desempeñó hasta sus últimos días. Debido a algunos contactos logró publicar colaboraciones en "Caras y Caretas" de Buenos Aires y fue premiado uno de sus cuentos. En 1916 comenzó a hablar en público y a frecuentar círculos literarios, cuando su nombre trascendió con la aparición de "La inquietud del Rosal", libro que inició su ciclo poético, aunque su repercusión no fue buena. En 1918 publicó El Dulce daño, su segundo libro. Dejó su trabajo como corresponsal psicológica y ocupó el puesto de maestra en una escuela. También dictaba clases de declamación y recitaba poemas en bibliotecas barriales y en locales del partido socialista. Amiga de Manuel Gálvez quien patrocinó su libro "El dulce daño" le ofreció trabajo como traductora de los poemas de Delfina Bune, su esposa. En 1919 aparece su libro "Irremediablemente" y en 1921 "Languidez" publicados por la Cooperativa de Gálvez. Languidez obtuvo el Primer Premio Municipal de Poesía y el segundo Premio Nacional de Literatura. Se hace cargo de la sección "Femeneidades", donde delinea el papel que debe tener la mujer en la sociedad. En 1920 viaja a Montevideo conectándose con otra gran poetisa, Juana de Ibarbourou. También, en esos tiempos, conoció a Horacio Quiroga quien fuera posteriormente un gran amigo. Adquiere la carta de ciudadanía. Forma parte del grupo Anaconda que organizaba reuniones para discutir sobre literatura. En 1925 aparece otro libro de Alfonsina, "Ocre" que marcó un giro decisivo en su literatura. En estos tiempos fue Profesora de Lectura y Declamación en la Escuela Normal de Lenguas Vivas, enseñaba teatro para niños en el Instituto Lavardén y escribía en revistas y diarios. En la primera fiesta de poesía de Mar del Plata lee sus poemas. Ya entonces sus problemas de salud se hacían sentir y debía realizar viajes de descanso a Córdoba y a Mar del Plata. En 1926 preside una cátedra en el Conservatorio de Música y Declamación. En 1927 se estrenó su obra de Teatro Amo del mundo, siendo muy criticada y debiendo bajar de cartel en poco tiempo. En 1928 pasó una temporada en Rosario y posteriormente viajó por primera vez a Europa. Viajaría una segunda vez pero con Alejandro, su hijo. En 1932 publicó Dos farsas pirotécnicas: Cimbelina y Polixene y la Cocinerita, mientras continuaba escribiendo artículos en los diarios La Nación y Crítica y dando clases de teatro. También realizando viajes a Colonia y Montevideo y participando en reuniones y encuentros en el Café Tortoni y en Hotel Castelar. "Mundo de siete pozos" aparece en 1934, época en que descubre su enfermedad. Un año después fue operada pero el mal avanzaba y ella caía en fuertes estados depresivos que se incrementaron cuando en 1937 se suicida su amigo, Horacio Quiroga. A fin de año termina su libro "Mascarilla y Trébol". Comienza a preparar una Antología con sus mejores obras pero su mal y su honda tristeza por otros dos suicidios de amigos, el de Leopoldo Lugones y el de la hija de Horacio Quiroga siguen quebrantando su ánimo. En 1938 viaja a Mar del Plata lugar donde el día 25 de octubre decide poner fin a su vida luego de escribir dos cartas a su hijo y un poema, Voy a dormir, como despedida. Un mes después la Cámara de diputados acuerda eregir un monumento en el lugar donde Alfonsina se arrojase al mar. Los restos de Alfonsina Storni descansan en el Cementerio de la Chacarita. |